Crónica de libros: Supervivencia en los campos de la muerte. Autobiografía. Por Haing Ngor

Este libro cayó en mis manos por casualidad. Unos familiares visitaron este verano Camboya y volvieron agradablemente sorprendidos de los bajos precios, de sus paisajes, de sus templos, de sus exuberantes selvas y… de la atrocidad de los jemeres rojos. Fue entonces cuando mi cuñada mi mostró el libro de Haing Ngor que estaba leyendo y yo también quedé fascinado por la historia.

Pero además Haing Ngor, el escritor, el personaje, el hombre, despertó en mi una singular curiosidad. Había estudiado medicina como yo, había terminado la carrera en el mismo año que yo terminé y había comenzado su ejercicio profesional más o menos como yo lo inicié. Pero además la vida de Ngor está llena de singularidades como veremos más adelante pero lo que nos ocupa es el libro.

El libro comienza describiéndonos la vida cotidiana de un médico recién licenciado en el entorno urbano convulso y corrupto de Phnon Penh. Por aquél  entonces, 1974, hacía ya algún tiempo que los americanos habían abandonado Vietnam firmando el tratado de París en 1973 pero la guerra continuó hasta la toma de Saigón en 1975 por las tropas vietnamitas del norte. No muy lejos de Phnon Penh las tropas del general Lon Nol, que regía una dictadura militar de derechas, apoyado por el mundo occidental, combatían a los jemeres rojos. En la ciudad se vivía una situación peculiar donde los sobornos y extorsiones a funcionarios, soldados o a empleados públicos y privados resultaba algo cotidiano y necesario para comerciar, circular por la calle o para hacer negocios. Sin embargo se podía acudir a un restaurante, escuchar un concierto, comprar un coche, una televisión o un aparato de radio. Todo ese mundo se colapsó el 17 de Abril de 1975 fecha de la entrada  de los jemeres rojos. Ngor describe como los jemeres rojos evacuaron la ciudad y como con su vespa fue forzado a dejar su clínica y salir en dirección al campo. Miles de camboyanos tuvieron que hacer lo mismo. Quien se oponía era ejecutado allí mismo, sin contemplaciones.  El autor inicia su éxodo, en dirección no se sabe bien donde, con varias enfermeras y personal de su clínica forzados a abandonar la ciudad a punta de pistola.

A lo largo del libro Haing Ngor nos va describiendo su particular odisea. Ngor sobrevivió a tres episodios de tortura, a la muerte de sus padres y tuvo que soportar que su mujer embarazada de siete meses muriera de parto prematuro, ¡siendo él ginecólogo!

El libro, duro y desgarrador en algunas páginas, no está exento de ternura cuando describe la especial unión con su mujer y con su familia.

Haing Ngor sobrevivió a los campos de la muerte y después de infinitas penalidades consiguió alcanzar la frontera Thailandesa y establecerse en un campo de refugiados para más tarde exiliarse a Estados Unidos.

A principios de los ochenta a Ngor se le ofrece un papel en una película que le hizo famoso “Los gritos del Silencio” Ngor no cuenta su vida sino que interpreta el papel de un periodista que actúo como informador y confidente de un periodista americano. Por su papel recibió el oscar al mejor actor secundario y esto le catapultó a la fama y le permitió decir: “si llego a morir de ahora en adelante, ¡no hay problema! Esta película durará cien años” Desgraciadamente en febrero de 1996 Haing Ngor era tiroteado cerca de su casa en Los Ángeles. La defensa sugirió connotaciones políticas en el asesinato sin embargo no se aportaron evidencias en ese sentido y los pandilleros fueron hallados culpables y hoy cumplen condena en un prisión federal

Un libro interesante, ameno, lleno de vivencias personales y en ocasiones  como ya hemos dicho ternura. Una historia para no olvidar de cómo el fanatismo puede destrozar miles de vidas.

Nº 8 de La Taifa de Alpuente

Amigos y colaboradores de la Asociación Cultural Amigos de Alpuente y aldeas:

El equipo de la revista esta preparando el próximo nº 8, para mediados de Diciembre de 2012.

Nuestro primer número salió en Junio de 2009, hace ya más de tres años.

Desde entonces, la revista ha ido creciendo, gracias a las colaboraciones de numerosas personas que han aportado sus escritos, entrevistas,  trabajos, fotos, etc.

Nuestra pretensión no es otra que servir de vehículo de comunicación, entretenimiento e información, sobre cualquier tema que tenga relación con Alpuente, las aldeas y/o  la Comarca de La Serranía. Para ello se necesita la colaboración de todos.

Desde ésta web,  animamos a los visitantes  a participar en el próximo número 8, como sugerencias,  podéis hacer y enviar una entrevista a vuestros mayores, recoger algún escrito, refrán, verso, recetas, estudio sobre nuestras costumbres, oficios, aficiones,  fauna y flora de nuestro entorno, coplas, opiniones y reclamaciones sobre nuestras necesidades y servicios, reseñas de noticias o acontecimientos pasados o de actualidad, fotos comentadas, relatos cortos, etc.

Os recuerdo la dirección de e-mail:

scaalpuente@gmail.com

Tened por seguro que se publicarán íntegramente en la revista.

Un cordial saludo.

 

 

 

 

Otoño: Temporada de Setas en Alpuente

Lactarius Deliciosus

En la serranía el otoño también queda marcado claramente en la naturaleza no solo porque el día es más corto y las temperaturas bajan durante la noche y por la mañana sino porque la naturaleza se prepara para el invierno y los árboles, como las nogueras, los cerezos, ciruelos comienzan a perder la hoja. Por otra parte en los ribazos y en las zonas donde abundan las choperas comienzan a aparecer los tonos ocres y amarillos.

Este verano ha sido especialmente seco y los montes han sufrido. Algunas fuentes se han secado y las carrascas perdían las hojas y se volvían marrones. Algunas es posible que no sobrevivan ya a esta larga sequía. Pero las lluvias llegaron en algún momento demasiado fuertes y torrenciales pero el campo la necesitaba.

Año tras año van apareciendo nuevos aficionados a las setas en nuestra zona. Y durante estos días otoñales el monte se llena de “seteros” que pertrechados de su cesta y su cuchillo inician la búsqueda del preciado rebollón o níscalo, denominado lactarios deliciosus y  la seta de cardo. Los más entendidos distinguen las colmenillas, la lengua de vaca, el pie de perdiz, el suius, la llanega blanca y la negra. Todas ellas se pueden encontrar en nuestros bosques

Dice un refrán popular que todas las setas son comestibles pero algunas solo una vez en la vida. Así como norma no tocar y menos consumir aquellas setas que no se conozcan. Las setas venenosas suelen ser muy llamativas y espectaculares como la amanita muscaria, aquí  la mostramos en una de las fotos,  pero la más elemental prudencia aconseja solo coger y consumir aquellas variedades que se conocen bien.

La temporada setera es una excusa más para disfrutar de la naturaleza, pasear por el monte y respirar aire puro. Respetemos y mimemos el monte. Acceded al monte por las pistas y dejad los vehículos allá donde no causen destrozos en la naturaleza. No arrojemos plásticos, papeles, metales o productos que no sean biodegradables. Llevad una cesta de mimbre que permitirá que las esporas se diseminen y ayudaremos a que el año siguiente hayan más setas. No hurgar ni escarbar en el monte así removemos la materia orgánica y dificultamos el crecimiento de los hongos. Si tenéis dudas salid con algún experto.  Y sobre todo disfrutad de la naturaleza, del silencio, del ruido del viento en las ramas de los árboles, del canto de los pájaros, del olor a tierra mojada y las hierbas silvestres en un día otoñal

Publicamos las fotos de varias setas comestibles el rebollón, la colmenilla y la cantarela y dos venenosas la famosa amanita muscaria o atrapa moscas y la amanita phaloides.

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Mañana sábado es la VIII Jornada Paleontológica en Alpuente

Mañana sábado en nuestro pueblo se celebra un año más la Jornada Paleontológica que va por la VIII edición. Es un día repleto de actividades en el que niños y mayores pueden disfrutar al máximo de los dinosaurios de Alpuente.

Para esta edición, desde el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo han organizado visitas al Museo Paleontológico, visitas al Aula de Recuperación Paleontológica, una conferencia, talleres para niños y como novedad, la Visita a una Excavación Paleontológica.

Todas las actividades serán gratuitas pero es necesario inscribirse previamente en la Oficina de Turismo de Alpuente, quien esté interesado lo puede hacer mediante correo oficinaturismoalpuente@hotmail.com o llamando al 96 210 12 28.

Una gran iniciativa que año a año se supera con éxito, que permite disfrutar de un día en Alpuente y conocer el rico patrimonio de nuestro pueblo a los que lo visitan y a los propios vecinos de la Villa y de todas las aldeas.

 

 

Calendario 2013 también por internet

Ya está disponible el calendario de nuestra asociación para el año 2013. Como sabes, está realizado con una selección de fotografías del II Concurso de fotografía digital de nuestra asociación. Cuenta con el calendario lunar y lleva indicada las fechas de las fiestas de Alpuente y cada una de nuestras aldeas. Además, es muy útil al poder escribir notas dentro de cada día.

Los beneficios obtenidos por la venta de calendarios irán destinados a sufragar los gastos derivados del III Concurso de fotografía digital que tendrá 350€ en premios como es habitual.

Este año además, lo ponemos también a la venta por internet. Puedes comprarlo aquí mismo haciendo click en «Comprar ahora» y pagarlo de forma segura a través de PayPal con cualquier tarjeta aceptada. Además incluímos unos gastos de envío para que puedas recibir cómodamente en tu domicilio el Calendario 2013 de Alpuente realizado por nuestra asociación.





Nueva exposición en VINALESA

Consuelo Gunzález, vecina de Corcolilla, y  Elvira Ferrer,  de la  Villa de  Alpuente, participan, junto con otros artistas de distintas disciplinas en la exposición  que se inauguró el pasado martes 9 de Octubre en el Espai Cultural LA NAU, detrás del Ayuntamiento de Vinalesa .

En ella podemos ver una selección de pinturas de ambas artistas, junto con otras obras pictóricas, escultóricas y cerámicas, que completan esta interesante y recomendable exposición.

La obra estará expuesta hasta el próximo dia 21 de Octubre.

 

Exposición «fusión confusión»

El pasado 5 de Octubre tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Alboraia la inauguración de la exposición de pintura «Fusión Confusión». En esta exposición participa la artista Elvira Ferrer, junto a Consuelo González y Claudia López. Elvira es una vecina de Alpuente que ha encontrado en la pintura un lenguaje para poder expresar ideas y sensaciones que no sería posible de otra forma. La obra, parte de dos elementos de la naturaleza como son la tierra y el mar y a través de los colores consigue fusionarlos en un final entrópico donde cada pincelada forma parte del mensaje que nos quieren transmitir. Os animo a visitarla porque estoy seguro que os gustará. Y si tenéis ocasión, escuchad de boca de los autores el mensaje que nos gritan a través de su pintura.

Saludos,
Carlos Pérez

Relato: «De nuevo una sonrisa»

El primer golpe no lo vi venir. Fue directo a la cara. La fuerza con que descargó su pesada mano me derrumbó al suelo. Intenté levantarme. No para enfrentarme a él, sino para huir. Pero fue más rápido que yo. Cuando estaba de rodillas en tierra me cogió del suéter y me levantó con fuerza. Lo siguiente que hizo fue empujarme contra la pared. Nuevamente caí al piso y después de eso, lo ya demasiado habitual últimamente. Un conjunto de golpes, patadas y puñetazos contra mi persona. Todo eso lo acompañaba de insultos como puta, desgraciada, zorra y un sinfín más que salían de su boca como si de perdigones disparados por una escopeta se tratasen.

La verdad era que ya debería estar acostumbrada. Cada vez eran más habituales las palizas. Por cualquier cosa, una puerta mal cerrada, la cena cinco minutos más tarde de lo habitual, una mirada de soslayo que no le gustase… Daba igual, cualquier motivo era suficiente para que descargara su ira contra mí. Pero esta vez… esta vez… la razón no la conocía.

Había llegado borracho, como todas las noches desde hacía unos meses. Entró en la casa gritando porque, según él, unos jóvenes con los que se había cruzado se habían reído de él. Yo, como siempre hacía, le discutí sus palabras, argumentando que la razón de sus risas sería otra. Que los jóvenes tendrían mejores cosas que hacer que ir riéndose de todo aquel con el que se cruzaban. Parecía que con todo lo que había recibido no aprendiera y como siempre, volví a cometer el mismo error. Él no dijo nada, se mantuvo en silencio. Pero cuando me volví para seguir con mis tareas, descargó el primero de lo que sería la paliza más virulenta de toda mi vida.

Al principio no era así. O quizás era yo la que no quería darse cuenta de su verdadera forma. Muchos me habían avisado de la persona que podía llegar a ser. Pero la verdad era que yo sólo veía sus gestos y atenciones hacia mí. En nuestra época de noviazgo fue amable y cariñoso. Parecía un caballero victoriano que se desviviese por atender a su dama. Me abría todas las puertas, me arrimaba la silla, me arropaba siempre que lo necesitaba, me defendía ante cualquier incidente… todo lo que hacía parecía ser poco, pues él siempre quería tenerme más feliz.

Después, cuando nos casamos, algunas atenciones desaparecieron repentinamente, como si ya no hiciera falta contentarme. Ocurrió la misma noche de bodas. La típica llegada en volandas al dormitorio no tuvo lugar. Otras llegaron después, hasta que al final nos vimos forzados a convivir, como si fuéramos dos compañeros de habitación que no se llevaran bien, pero que estaban condenados a tratarse.

Y, finalmente, llegaron los golpes. La primera vez fue una pequeña bofetada, de la cual se arrepintió enseguida. Pero con el tiempo, las peticiones de perdón por cada golpe desaparecieron, hasta que al final sólo me daba palizas de cuando en cuando. Con el paso del tiempo se volvieron más a menudo, hasta casi recibir una o dos por semana.

Entonces ocurrió algo. Quedé embarazada de lo que sería mi primer hijo. Por aquella época, mi persona fue hecha presa de un miedo terrible. Temía que con algún golpe pudiera perder el feto y abortase. Pero ocurrió todo lo contrario. La noticia de la llegada de un niño pareció apaciguar sus ansias por pegarme y durante los meses del embarazo y unos cuantos más después del nacimiento de nuestro primer hijo, no recibí ni un solo golpe.

Yo estaba feliz, pues creía que todo había acabado. Que a partir de entonces seríamos una familia normal, sin palizas, sin gritos, sin disputas. Sólo él, yo y nuestro hijo. Pero ese tiempo pasó, y un buen día, los golpes regresaron. Parecía que su vida se fuera en pegarme, pues con el resto de personas era el hombre más amable del mundo.

Entonces volvió a ocurrir. Una nueva vida se gestaba en mi interior. Esta vez sería una niña y de nuevo volví a sentirme feliz, porque durante algún tiempo volverían a cesar los golpes. Cuan equivocada estaba. Por algún extraño motivo continuó pegándome. Nunca supe en que se diferenciaba este momento del primero. Quizá fuera precisamente eso, que esta situación ya había ocurrido antes. Él parecía apaciguarse ante las nuevas circunstancia, y esta no lo era. El resultado lo sufrió la niña, padeció una malformación en uno de sus pulmones, ocasionada por un golpe que recibí en el útero.

Nunca supe porqué aguantaba sus maltratos. En el fondo pensaba que me quería, que era algo más que un simple objeto para él, y en el peor de los casos, que me merecía cada golpe recibido, como a veces él decía. Pero llegó un día en que no pude aguantar más y busqué ayuda en mis padres. Su postura fue clara, querían que lo denunciara. Y así lo hice, muchas veces, pero de nada sirvió. La sociedad actual aún nos consideraba esclavas del hombre y el presente aumento de maltratos a mujeres no conseguía hacer nada para que la gente se diera cuenta de que esto no podía continuar.

Muchos decían que se debía al aumento de la inmigración, sobre todo de personas venidas de países subdesarrollados o en vías de hacerlo. Decían que el bajo grado de educación que habían recibido era la causa de esta ideología machista y que para solucionarlo se debía enseñar a la persona desde niño. Pero lo cierto era que personas que se consideraban dignas y honorables en nuestro país también seguían teniendo creencias retrógradas. Mi esposo era agente de la ley, un sargento de la policía nacional. Conocía las leyes, había tenido una buena educación, y aún así, me maltrataba.

Las denuncias no hacían más que aumentar su ira, por lo que al final siempre las retiraba. El tiempo fue pasando, y con él, las palizas. Mi cuerpo ya no lo aguantaba, mi espíritu tampoco. Y un día tomé una decisión drástica. Cogí a los niños y huí de casa. No sirvió de mucho pues al cabo de unas pocas semanas me encontró en la de mi hermana. Fue a buscarme hasta allí, exigiéndome que volviera a casa, donde estaba mi lugar. En otro tiempo me lo habría pedido, pero ahora sólo ordenaba. Lógicamente mi respuesta fue una negativa.

Él no se dio por vencido y me amenazó con denunciarme por abandono del hogar y secuestro de nuestros hijos. Efectivamente, días después llegaron a la casa unos policías con una orden de arresto. La misma ley que denegaba mis peticiones de ayuda le amparaba a él, aunque la victima fuera yo. Se aprovechó de la situación y prometió quitar la denuncia si volvía con él. Así que lo hice.

Pero esta noche sobrepasó su propio límite. La paliza que me propinó me envió directa al hospital. Fue necesario operarme de urgencias, pues una de sus patadas me reventó el estómago. También consiguió romperme un par de costillas y me llenó la cara de moratones. Mi cuerpo parecía estar lleno de tatuajes sin forma alguna, debido a las innumerables marcas de golpes, arañazos y demás heridas que se juntaban con las ya cicatrizadas de anteriores palizas.

Los médicos habían conseguido estabilizar mi situación, pero aún así estaba muy grave. Necesitaba respiración asistida, y múltiples goteros perforaban mis venas en un intento de suministrarme todos los medicamentos que precisaba para mi recuperación. Los restos de anestesia que todavía circulaban por mi organismo no ayudaban a mejorar mi aspecto pues me encontraba en un estado de sopor extraño.

Pero aún así, tenía razones para alegrarme. En la cama de al lado de la habitación en la que me encontraba estaba él. La razón era muy simple. Los niños estaban dormidos cuando él llegó. Pero cuando empezaron los golpes, ambos se despertaron. Los dos intentaron ayudarme. Primero procurando evitar que su padre me pegara, después, suplicando que parara. Pero nada conseguía calmarlo y los golpes continuaron.

En un momento del que nadie se percató, el mayor salió de la habitación en la que nos encontrábamos y entró en nuestro dormitorio. Al cabo de unos minutos regresó con un arma en la mano, una pistola que mi marido guardaba en una caja fuerte en el rincón más oscuro del armario. Desconozco como consiguió la contraseña. Amenazó a su padre con disparar si no dejaba de pegarme. Él no hizo caso. Después de unos segundos de vacilación la criatura disparó contra su padre y la bala le alcanzó en el pecho. Sólo cuando cayó desplomado al suelo dejó de darme golpes.

Cuando la policía y los servicios de urgencias llegaron, nos encontraron a ambos en el suelo. Mi marido todavía respiraba cuando se lo llevaron. También lo operaron de urgencias, como a mí. Pero la intervención no pareció ser tan exitosa como la mía. En algún momento que no conseguía recordar, oí a uno de los médicos decir que no saldría con vida de lo sucedido.

Ese hecho no me alegró después de todo. No porque sintiera lo que le estaba pasando en estos momentos, sino porque sentía todo lo que había pasado hasta entonces. Sentía el haberme casado con él, sentía haber perdonado la primera bofetada, sentía no haber sido más valiente cuando debí serlo, sentía… sentía muchas cosas, pero no que estuviese en sus últimos minutos.

En cuanto a mi hijo, algo dentro de mí me decía que no me preocupara, que todo iba a salir bien y que no le ocurriría nada malo. Y así fue, pues con la actual legislación, la ley del menor lo amparaba. Pero eso no lo sabría hasta algún tiempo después. Ahora sólo pensaba en una cosa, en todas aquellas veces que perdí la sonrisa, hasta el punto de olvidar como se producían. Jamás pensé en volver a tener una. Fue un sentimiento agradable, de placer, cuando ocurrió. Pero también eso tardaría un poco en suceder.

La noche pasó despacio. Los medicamentos que me habían suministrado no consiguieron que me relajara, por lo que no logré dormirme. Por el contrario, me dejaron en un estado deplorable, pues parecía una drogodependiente que necesitase su dosis de metadona para subsistir. Entonces ocurrió. El monitor que marcaba las débiles pulsaciones cardíacas de mi marido emitió un largo y estridente pitido. Fue entonces cuando sucedió el milagro. Mis labios se curvaron en una horrible mueca que lejos estaba de parecer una sonrisa. Pero eso es lo que era. Después de tanto tiempo, de nuevo una sonrisa afloraba a mis labios. Poco tiempo tardó la enfermera en venir a apagar el monitor. Sólo entonces conseguí dormirme y descansé como nunca lo había hecho hasta entonces.

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¡Por fin! Calendario 2013

Ya tenemos el esperado Calendario 2013 con las fotos seleccionadas del II Concurso de Fotografía Digital. Hemos intentado que el formato sea igual de elegante y práctico que el del año pasado y hemos incluido un pequeño detalle que el año pasado se nos escapó: las fases de la luna. Esto es sin duda importante siempre pero lo es mucho más en el medio rural.
Por otra parte se han señalado todas las fiestas más tradicionales de las Aldeas y de Alpuente y se ha incluido como el año pasado el mes de Enero de 2014 y la convocatoria del III Concurso de fotografía digital con las bases.
El precio está todavía por determinar pero esperamos venderlo al mismo precio que el año pasado, unos 4 euros. A cada uno de los autores cuyas fotos han sido seleccionadas se les entregará un ejemplar gratuito.
Publicamos algunas de las fotos seleccionadas.

Convocatoria III Concurso de Fotografía Digital 2013

La Asociación Cultural Amigos de Alpuente convoca por tercer año consecutivo un concurso de fotografía digital en el que pueden participar todos los autores que lo deseen. Las únicas limitaciones son como se señala en las bases atenerse al lema y a las bases del concurso. Este año bajo la dirección de nuestro vocal Antonio Debón el lema es “Retrato de nuestros mayores”
Publicamos aquí el cartel diseñado por Elías Debón con la convocatoria y las bases del concurso. Estamos seguros que un año más los artistas de nuestro municipio nos sorprenderán con sus obras.
El plazo termina en mayo del 2013 y como otros años con las fotos seleccionadas realizaremos una exposición en el salón de actos de Alpuente y publicaremos un calendario con las mejores fotos.
Ánimo y comenzar ya a diseñar vuestras fotos y escoger vuestros modelos

BASES del III Concurso de Fotografía digital:
1.-Podrán participar todas las personas que lo deseen y de cualquier nacionalidad siempre y cuando sean mayores de edad.
2.-La temática del concurso versará sobre “Retratos de nuestros mayores” Entendiendo como mayores personas de más de 60 años de nuestro entorno rural.
3. El primer premio estará dotado con 200 euros de premio en metálico, el segundo premio con 100 euros y el tercero con 50
4.-Con las fotografías seleccionadas la Asociación realizará una exposición en Alpuente. Se informará a los autores a través de nuestra web de la fecha, hora y lugar donde tendrá lugar la exposición
5.-Cada participante presentará un mínimo de dos fotos y un máximo de tres. Las fotos se presentarán en formato JPG con suficiente calidad para ser ampliadas y reproducidas en papel. Las fotografía deberán haberse realizado a lo largo del año 2012 y 2013. Las fotografías se presentarán en blanco y negro o en color sepia. Quedan excluidos los montajes fotografícos y los tratamientos digitales de la imagen.
6.-El jurado será designado por la ACAA presidido por su presidente o persona en quien él delegue formado por personas expertas en el arte y en el mundo de la cultura. No podrán participar en el concurso los miembros de la junta. El fallo del jurdo será inapelable.
7.-Las obras deben dirigirse al correo concursoscaa@gmail.com. La fecha límite de la entrega de los trabajos será el día 31 de mayo del 2013 a las 23:59. Los autores deberán indicar, nombre completo, dirección, DNI, teléfono y título de la fotografía.
8.-La Asociación Cultural convocante se reserva el derecho de utilización y difusión de los trabajos seleccionados. Por el hecho de participar los autores se comprometen a no reivindicar los derechos de reproducción de las obras. Las fotografías pasaran a ser propiedad de la ACAA con todos los derechos inherentes a esta condición.
9.-El hecho de participar implica la aceptación de las bases del concurso.
10.-Con una selección de las fotos expuestas la ACAA confeccionará y editará un calendario de años 2014